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El limón es un alimento muy utilizado en la gastronomía. Lo podemos encontrar en infinidad de recetas y, para muchas personas, aporta un sabor único y especial a las preparaciones.
El limón es una fruta muy popular y no solo por los múltiples usos que se le ha dado en la cocina desde hace siglos y siglos, sino también por su contenido de vitamina C. Tiene un aroma y un sabor ácido muy característicos que, en definitiva, permite disfrutar de muchos otros alimentos, bien sea en comidas, bebidas o incluso, remedios caseros.
Cortar una rodaja de limón fresco para darle un toque de sabor al agua, rallar su cáscara para decorar una tarta de limón, o mezclar una cucharada de miel con unas gotas de zumo de limón recién exprimido, son quizás algunas de los usos más comunes que hemos podido darle a esta fruta.
Veamos cuáles son las propiedades de este alimento que, para muchos, resulta indispensable en las cocinas de sus hogares.
Según datos de la Fundación Española de Nutrición, el limón es rico en vitaminas del complejo B (B1, B2, B3, B5, B6 , PP), además de vitamina C (aunque en menor cantidad que otras frutas, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos) y vitamina P.
Por otra parte, contiene potasio, magnesio, calcio, fósforo, sodio, hierro y flúor, bastante agua y algo de fibra.
El limón ha sido utilizado en multitud de comidas y bebidas, a veces para dar sabor o solo un toque ácido a un pescado o guiso en concreto.
Se le ha llegado a nombrar como un «potente bactericida» y un «remedio eficaz» contra diversas enfermedades, pero ¿realmente funciona como tal?
Un estudio de 2015 señala que beber zumo de limón podría ayudar a prevenir la formación de piedras renales a través del incremento del pH de la orina y su volumen. No obstante, sería necesario seguir profundizando al respecto. De momento, la información obtenida sigue siendo insuficiente como para acreditar el consumo de zumo de limón como medida preventiva para los cálculos renales.
El limón (en zumo, infusión, batido, etcétera) no ayuda a «activar» los intestinos ni tampoco «limpia y desinfecta» todo el tracto intestinal. Una vez más, recordemos que todo lo detox, no es más que un bulo. El limón no ayuda a eliminar toxinas ni a protegernos de enfermedades.
La cáscara del limón contiene varios flavonoides y fitonutrientes y, en concreto, contiene tengeretina, un fitonutriente que, según se cree, podría ser eficaz a la hora de prevenir enfermedades como el párkinson y el alzhéimer.
Por otra parte, se cree que los terpenos que contiene la cáscara de limón podrían ayudar brindar varios beneficios a la salud.
Ahora bien, esto no quiere decir que debamos comenzar a consumir cáscara de limón a diario. Una vez más, recordamos que la información que se tiene acerca de esto es insuficiente y que sería necesario continuar indagando al respecto antes de poder llegar a una conclusión.
En 2015, un grupo de investigadores analizó las propiedades nutricionales de los cítricos y encontró que estos podrían ayudar a mejorar los síntomas de la diabetes y las alergias. En el caso del limón, su contenido de hesperetina ayudaría a reducir el exceso de azúcar en la sangre y aliviar los síntomas de las alergias.
El limón es un alimento que podemos incluir dentro de una dieta equilibrada y es una opción válida para disfrutar de los distintos sabores de diversas preparaciones. Sin embargo, no debemos considerarlo un sustituto de los medicamentos prescritos por el médico o cualquier otro tratamiento.