Este artículo ha sido verificado y aprobado por la pedagoga en educación física y nutricionista Elisa Morales Lupayante el 27 diciembre, 2018
El consumo excesivo de sodio eleva el riesgo de trastornos como la hipertensión y la insuficiencia renal. Adoptando una dieta hiposódica, pretendemos limitar al máximo esta sustancia para mejorar la salud.
El consumo excesivo de sal es uno de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión. Ante esto, muchas personas se han interesado por la dieta hiposódica como recurso preventivo. Este modelo alimentario propone limitar al máximo la ingesta de alimentos ricos en sodiopara mejorar la salud. Si bien implica restringir algunos productos de consumo regular, sus beneficios hacen que valga la pena.
Aunque inicialmente fue diseñada para pacientes hipertensos y con insuficiencia renal, hoy es una atractiva propuesta para quienes desean cuidar su salud. Incluso, puede ser útil para adelgazar ya que invita a comer de forma saludable.
¿Por qué es importante reducir la ingesta de sal? ¿En qué consiste la dieta hiposódica? Entendemos que muchas personas aún no hallan respuestas a estas interrogantes. Por este motivo, queremos compartir información detallada sobre este tipo de alimentación.
La sal y la alimentación
El organismo necesita cierta cantidad de sal para funcionar en óptimas condiciones. Al ingerirla, incorporamos este mineral clave para la salud de muchos órganos. El problema es quela sal está presente en muchos alimentos de consumo regular, por lo que es fácil excederse en su consumo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas consumen demasiada sal. Incluso, llegan a consumir hasta el doble que la cantidad recomendada. En general, una dieta saludable debe contener solo entre 2 y 5 gramos de sal.
Cuando esta cantidad es superior a la recomendada, se produce una acumulación de sodio en el cuerpo. Esta situación, aunque no siempre se manifiesta claramente, trae consigo trastornos de salud graves como la presión alta, problemas renales e inflamación.
¿Por qué es conveniente reducir la ingesta de sal?
La reducción del consumo de sal es una de las medidas imprescindibles para velar por la calidad de vida en general. Por medio de la dieta hiposódica, se pueden mejorar muchas funciones del organismo que se ven afectadas por la acumulación de sodio.
Aunque muchos lo pasan por alto, la ingesta de este ingrediente puede causar graves desbalances en el cuerpo. Algunos de los problemas relacionados incluyen:
Retención de líquidos (edema)
Insuficiencia circulatoria
Hipertensión arterial
Enfermedades de los riñones y las vías urinarias
Deterioro de la mucosa estomacal
Dificultades en la absorción de nutrientes
Ahora bien, no se trata de eliminarla completamente de la alimentación. Consumida en pequeñas dosis, la sal es necesaria para el organismo. Su asimilación ayuda a mantener en equilibrio de los líquidos y es imprescindible para las células y las conexiones nerviosas.
Todo lo que debes saber acerca de la dieta hiposódica
Para empezar, es primordial aclarar que una dieta hiposódica no es sinónimo de salirse del concepto de dieta balanceada. Por lo tanto, seguir este régimen no implica restringir grupos nutricionales o adoptar planes hipocalóricos peligrosos.
La principal característica de este modelo de alimentación es la reducción del consumo de sal. Con unas sencillas pautas, se consigue regular el consumo diario de este ingredientepara no sobrepasar las cantidades diarias recomendadas.
¿Qué implica una dieta hiposódica?
Como todo plan de alimentación saludable, la dieta hiposódica implica una serie de cambios con relación a la dieta actual. No obstante, no significa llegar a extremos ni tampoco convertir en sufrimiento la alimentación. Hay, pues, tres premisas fundamentales que se deben aplicar:
Eliminar la sal extra (como la del salero en la mesa)
Elegir alimentos bajos en sodio e identificar los que contienen altas dosis
Cambiar los métodos de cocinar y aderezar, buscando alternativas a la sal
Alimentos hiposódicos
Carnes y aves
Pescados de río
Vegetales y frutas frescas
Legumbres y cereales integrales
Frutos secos y semillas (naturales; es decir, sin procesar)
Algunos relacionan el bajo consumo de sal con platos insípidos y poco agradables. En realidad, hay muchos métodos alternativos para cocinar sin este ingrediente añadido. Por ejemplo, usar hierbas y especias ayuda a potenciar el sabor. Además, puedes seguir consejos como:
Cocinar al vapor o en papillote (al horno, envueltos en papel de aluminio)
Utilizar vinagres orgánicos y zumo de limón como aderezo
Hervir las verduras con poca agua
Vigilar las medicaciones que aporten sodio
Revisar las etiquetas de los alimentos antes de comprarlos
Usar diferentes hierbas y verduras para obtener preparaciones con más sabor
Para diseñar los menús de una dieta hiposódica, solo debes tener en cuenta cuáles son los alimentos que debes evitar. Así, teniendo claros los alimentos saludables, puedes variar las comidas diarias de la semana. Te exponemos un sencillo ejemplo:
Desayuno: infusión de hierbas, vaso de leche descremada y 2 tostadas de pan integral (sin sal) con miel
Media mañana: una fruta de estación o 1 vaso de leche (200 ml) vegetal casera
Almuerzo: caldo de verduras sin sal con aceite de oliva y orégano, una porción de carne magra y 2 rodajas de pan integral sin sodio
Merienda: vaso de yogur desnatado con semillas naturales
Cena: verduras al vapor con arroz hervido sin sal y aderezado con hierbas, pechuga a la plancha y 1 plátano
¿Consideras que estás comiendo demasiada sal? Si crees que es el momento de limitar el consumo de este ingrediente,sigue la dieta hiposódica. Por último, recuerda que si estás en riesgo de padecer trastornos cardiovasculares es primordial que evites el exceso de sodio.
Fischler, C. (1995). El (h)omnívoro (el gusto, la cocina y el cuerpo). Barcelona: Anagrama.
Harris, M. (2002). Bueno para comer. Madrid: Alianza.
Salas-Salvadó, J. (2008). Nutrición y dietética clínica. Barcelona: Masson.
Redactora profesional con más de 7 años de experiencia. Daniela Echeverri Castro ha trabajado como creadora de contenidos y editora en diferentes páginas web. Ha sido coordinadora y gestora de contenidos en diversos equipos editoriales. Asimismo, cuenta con una amplia experiencia en SEO y marketing digital.
En los últimos años ha centrado su trabajo de redacción en temas de salud, nutrición y bienestar. Además, realizó el curso Nutrición y obesidad: control de sobrepeso, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Asimismo, ha colaborado en varios proyectos de edición y curación de textos para blogs temáticos. Desde el año 2014 es redactora en Mejor con Salud y actualmente colabora en la sección editorial del Grupo MContigo.
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